Sunday, June 18, 2006

Poesía

Recuerdo que, siendo niño, en plena edad de la inocencia, en una ocasión una mujer anciana del que era amigo, muerta está y que en paz descanse, me contaba la historia de una diosa llamada Poesía, a mi memoria llegan trazos bellos, por lo que pretendo reconstruir la historia que salió de su boca.

La Poesía –me decía- es una peregrina ave del paraíso que busca en donde empollar sus huevos. Recorre cada punto de la Tierra observando a cada hombre que en ella habita. A unos con el corazón seco por la ambición le ha dicho que no, los ha desechado, que ellos no pueden hacer germinar el regalo de todos los hombres. Otros, que son los que siempre buscan algo nuevo con que alimentar su espíritu, y luchan contra la adversidad, provocan la alegría y la risa en ella, pues ve que son sitios propicios en donde sus hijos se criarán. En sueños estos hombres o mujeres fértiles aceptan el bendito don con que reafirmarán sus lazos con la tierra, con la vida. Para hacerla que dure un poco más.

Son los niños inquietos, aquellos que juegan con más ánimo y sinceridad en donde encuentra la culminación de sus ansias. A éstos se les presenta frente a frente, cuando aún no recuestan sus cabezas en la almohada, son fuertes imanes que atraen como la luz a las polillas a la Poesía, por eso que, aún revestida de timidez, se les presenta frente a frente y los bendice con un beso inmaculado sobre sus ojos. Activando los suprasentidos y los infrasentidos que les permitirán las sutiles conexiones que existen entre el mundo y el espíritu, conociendo sus secretos más íntimos. En ellos no siembra la Poesía, como en los hombres y mujeres ya maduros, en ellos cosecha, pues ellos son desde el momento en que son concebidos unos con la Poesía. Solo confirmando y reafirmado esta secreta unión.

Si el mundo fuera perfecto, la poesía no tendría sentido. Nadie cantaría, nadie crearía, nadie lucharía por algo mejor y contra lo peor. Para eso es que existen estos benditos, los poetas, para mantener esta lucha, para dar alientos, para enfrentarse contra los gigantes que dominan y abusan de la Tierra y sus hijos. El poeta jamás domina en ella, su otro título, sagrado, es el de Protector. Obedecen a las leyes de la vida y por ella pelean, aunque en ocasiones ignoren las razones, su espíritu los moverá a ellas. A levantarse y a guiar si fuese necesario a todos aquellos que con voluntad deseen comprender el mundo como algo más trascendental que simple materia, a entender las relaciones entre los individuos como algo que rompe las barreras de la relación comercial a las que nos tiene sometido las armas del poder, a ver en el otro un reflejo del yo un hermano e hijo reconocido de la tierra que habitamos.

Existe la poesía, existen los poetas que la hacen latente, todo en este pequeño grano de materia dentro del infinito Universo, donde los hermanos caos y cosmos cumplen con su labor. En que la mezcla difusa de los átomos componen cada cosa que podamos vivenciar, lo que sentimos y nuestros mismo cuerpos. El mar, sus peces y bestias marinas del pasado, presente y futuro, hasta que se agote la vida. Los ríos, los valles, las praderas, mesetas, altiplanos, desiertos, montañas, todas las formas que generan el ecosistema completo. Donde conviven desde las más minúsculas formas al gigantesco elefante o la de larguísimo cuello jirafa o la de las rayas cebra o el feroz tigre o el potro salvaje que galopa con su manada o el hombre.

Hombre o bestia numerosa que puebla la Tierra, pretendiente para ser hommo sapiens, dos simientes en un solo cuerpo: la guerra y la paz, el que mata y el que da vida, el que esclaviza y el que libera, el que domina y el que protege. Pero todo se termina, ésta ambigüedad tiene su fin, se acá ésta dinámica que permite el fluir de los sentidos. Los astutos insensatos que pretenden sacar provecho del resto no tardan en establecer sus reglas de comportamiento, un modelo a seguir, las sacralizan y las encumbran, resecando el espíritu, apagando todo lo que difiera del modelo. Es cierto eso del “Conoce a tu enemigo y lo tendrás comiendo en tu mano”, la regla de oro que aplican. De aquí que se forman las clases dominantes, voraces de la peor especie, de la que pocos pueblos han podido liberarse; imponiendo su modelo a seguir, impidiendo la libre expresión de la humanidad en cada uno de los seres. Resecan todo lo que lleva algo de vida y lo dirigen al patíbulo de la esclavitud y de la ignorancia.

Ahora el papel lo toma el Empresario de los grandes Capitales el que tienen en su cinturón el látigo de los esclavos, sus más serviles siervos llevan una estúpida y cómoda vida burguesa, mientras el saqueo de la nación ocurre, es la Patria a la que en cada caso de emergencia suelen recurrir, a la que tienen esclava de sus bajas pasiones y ambiciones. Antes eran los reyes y papas que comandaban el buque, pero el buque siempre ha sido el mismo, con distintos capitanes. Y, como siempre, se impone un ideal a seguir, ahora es la de burgués (un nuevo camino de la virtud) con toda su acomodaticia que es el dinero, viajes, autos, casas, televisores, equipos; resguardados por el apoyo y la bendición del Señor; católicos, protestantes y mercaderes por igual. Enceguecidos y lobotomizados conducen a las masas al matadero, inconscientes de lo que les sucede y de las afrentas que ha cada momento les son presentes.

Pero, siempre hay alguien que supera estas fuerzas negativas. Las resiste, las evade, vuelve a levantarse en caso de caer, a veces no sabe contra que lucha pero lucha; encuentra a un hermano que también ha despertado, se apoyan y continúan. Deciden hacer algo por los demás, los ven con las cabezas gachas bajo el terrible yugo material y espiritual, una idea corre por sus mentes y es: La Liberación. Gritan desesperados y su canto es la poesía con la que derraman su sangre en la lucha contra los grandes, aún resisten pues tienen el vigor de toda la naturaleza en sus pechos y nada impedirá que paso a paso, que uno a uno de los seres que pueblan la tierra suelten el yugo opresor que los tenía inmóviles, ya casi sin vida.

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